A continuación vamos a proseguir con el diálogo entre Rocío, una paciente un tanto impaciente, y el doctor Kuaik. En dicha conversación saldrán a la luz otros muy diversos motivos de consulta que se dan en el día a día de la consulta de atención primaria. Recuerda que el objeto de estos diálogos no es más que el producir una crítica constructiva. Que haga de la relación médico-paciente, una relación cada vez más positiva y útil. Así que continuemos…
– ROCÍO: Y bueno doctor. No me has mandado nada para el resfriado ni para el dolor de hombro.
– DOCTOR KUAIK: En principio mi recomendación sería que tomases algún analgésico/antiinflamatorio, en caso de que el dolor de garganta te resulte demasiado incómodo. Por ejemplo podrías tomar paracetamol de 1 gramo desde un comprimido al día hasta un comprimido cada 8 horas. Según tus molestias. Si no te es suficiente o el dolor del hombro te resulta bastante molesto, podrías tomarte algún antiinflamatorio. Podemos probar con ibuprofeno de 400 mg desde un comprimido al día, hasta uno cada 8 horas. Respecto a la garganta, sería recomendable además que te hidrates bien, que evites las bebidas frías. Y que si te molesta más de la cuenta, trates de tomar algo que te la suavice. A ser posible con algún componente ácido, para favorecer la secreción de saliva. Tal como algún caramelo de miel y limón, o caramelos de cítricos sin azúcar, alguna infusión, etc…
– Entonces, ¿no me vas a mandar ningún jarabe ni nada más? Si llego a saber que sólo me vas a mandar un paracetamol o el ibuprofeno, no me molesto en venir…
– Rocío, quisiera que entendieras que si no te prescribo ninguna otra cosa, es porque de verdad creo que no te va a generar más beneficio. Hay otros muchos productos para los diversos síntomas del resfriado. Si alguno de ellos se acentúa más de la cuenta y se te hace cuesta arriba, claro que puedes tomar más cosas. Hay jarabes, sobres, comprimidos, con diferentes compuestos y para diferentes situaciones. Para la tos seca persistente, para la tos productiva, para la congestión nasal, para los estornudos y secreción nasal, etc… Todos ellos, se pueden adquirir sin receta médica. Si hay algún síntoma que en particular te incomode, dímelo y te recomiendo algún producto. Pero he de decirte que la mayoría de ese tipo de productos, tiene una eficacia limitada. Además de que si no mejoras o empeoras, tienes la puerta abierta para volver a consultarme y ver el motivo. Pero con total sinceridad creo que eso es lo que necesitas ahora.
– Es que con los recortes, me da la impresión que los médicos queréis ahorrar en fármacos cuanto más mejor.
– Mi función desde luego es la de ejercer la medicina lo mejor que sé y desde la ética más exquisita que pueda ofrecer. Creo en el juramento hipocrático y en el código deontológico médico.

Te puedo asegurar que me puedo equivocar, pero desde luego uno de mis errores no será privar a un paciente de un tratamiento necesario, por cuestiones económicas. Así que estate tranquila, que este no es el caso 😉
– Por cierto… ¡ahora que me acabo de recordar y antes de que se me olvide! Hace unos días fui a un dermatólogo privado y me pidió una analítica para valorar mi enfermedad de la piel. También me ha recetado estos medicamentos. Te lo comento para que me solicites dicha la analítica y me recetes dichos medicamentos.
– Mmmm… Rocío, antes que nada déjame el informe del dermatólogo para que pueda ver que patología de la piel te están siguiendo. Así como la argumentación de la necesidad de evaluarlo con una analítica y el tratamiento.
– Bueno, no me ha dado nada el médico… Llegué a pedírselo, pero no me dio nada. Me comentó que él lo tenía todo registrado en su ordenador. Tan sólo me dijo que acudiera a mi médico de familia para pedirle estas pruebas y que me recetase estos tratamientos.
– Vaya… Bueno Rocío, debes saber varias cosas. Primero de todo, esa consulta la has pagado directamente de tu propio bolsillo, ¿verdad?
– Digo… Y bien que me han cobrado…
– Bueno, es lógico que te cobren por la consulta. Una atención médica privada y personalizada hay que pagarla como es lógico. Las ventajas son muchas. Pero entre ellas destacaría el asegurarse una pronta atención del problema que planteamos. Así como disponer de un mayor tiempo para abordar el problema concreto. Lo malo es que hay que costear dicha consulta, a diferencia de la atención en nuestra sanidad pública. Pero al menos los precios se saben de antemano, por lo que ha de ser totalmente lícito y trasparente.
Sin embargo, lo que no es lógico es que pidas un informe médico de la consulta y no se te facilite. Ten en cuenta, que es un derecho que tienes, poder disponer de tu informe médico en el que quede especificado lo que te ocurre, que exploraciones se han realizado, que diagnóstico se ha valorado y que tratamiento y pautas has de seguir. Y con más motivo, si has pagado por dicha consulta.
Imagínate que se te avería el coche y tienes que llevarlo al taller. Y cuando vas a recogerlo te dicen que el arreglo ha costado X euros. Pero no te dejan por escrito una factura donde se especifique el coste de la mano de obra por hora, el coste de las piezas que han tenido que arreglar, etc… Pues esto es más importante si cabe. Además, no debo pedir una analítica y prescribir un tratamiento, tan solo porque un paciente diga que se lo ha dicho otro médico. Esto no es un ejercicio correcto de la medicina. ¿Lo entiendes verdad? Lo coherente es que el médico que indique ciertas pruebas o ciertos tratamientos. Sea él quien las solicite y las prescriba.
– Ya… Pero es que si accedo a las pruebas que este médico me ha solicitado, tendría yo que pagarlas. Y no me sale a cuentas… Por eso te las pido a ti.
– Lo entiendo Rocío… Pero por eso necesito el informe médico para ver la valoración que se te ha hecho. Así podré entender mejor lo que tratas de pedirme.
– Es que no entiendo, porque me pones tantas trabas doctor. Parece que os pagan más si ahorráis en pruebas…
– Estás equivocada Rocío. No me pagan más ni menos por las pruebas que solicite. Ni siquiera trato de hacer un juicio de valor de si merece la pena solicitar pruebas a unos pacientes y no hacerlos con otros. Me limito exclusivamente a cada caso. Si hay un día que tengo que pedir una analítica a todo el mundo, porque esté indicado, lo hago. Si hay otro día en el que ningún paciente tiene motivos para solicitarla. No se la pido a nadie. Es más, por la forma en la que me lo dices. Parece que lo solicitas como un derecho que te corresponde por el hecho de pedirlo. Pero no es así. Como te dije anteriormente, las pruebas las solicita el médico si estima necesario apoyarse en ellas por algo en concreto.
– Pero si las ha pedido otro médico, ¿será por algo no?
– Probablemente… Pero no me vale que ese sea el argumento principal. Para que esa petición de pruebas pueda ser valorada por mí, debería ver algún informe que lo justifique. Piensa que en el fondo, para mí sería más cómodo solicitar las pruebas que me pides. Antes que pararme a preguntarte y averiguar que te ocurre. Lo primero es un acto mecánico y además no confronto contigo. Lo segundo implica pensar y esforzarme en como ayudarte, además de dedicar tiempo a justificar mi conducta. No porque crea que esté injustificada, sino porque veo importante que confíes en mí. El problema es que tenías unas expectativas creadas sobre esta consulta. Y al ver que no se están cumpliendo, ello te molesta. Pero créeme que mi verdadero objetivo es ayudarte de verdad. Y me gustaría que te dieras cuenta…
– Y entonces que hacemos con lo de mi piel…
– Pues casualmente, respecto al tema de tu piel. Sé que el problema que tienes es el de una dermatitis atópica. Al consultar la historia clínica tuya, veo el seguimiento que años atrás has tenido. Y creo que sí necesitas la medicación que te ha indicado el compañero. Así que claro que te la voy a prescribir. Porque efectivamente la necesitas, más allá de que lo haya pedido otra persona.
Respecto a la analítica, no entiendo el objetivo de la misma. Y además tienes una reciente donde todo estaba bien. Si de verdad tienes interés en realizarla, antes que nada debes acudir a esa otra persona de nuevo, si es tu interés. Apórtale la última analítica realizada y si precisa de otra, que te lo especifique en un informe para entender si realmente te es necesaria o no. ¿Te parece bien?
– Bueno, lo haremos así… Por cierto, doctor. Cuando quiero escoger una cita me cuesta conseguirla para los próximos días. He optado en solicitar diversas citas en distintos días, para así asegurarme poder acudir cuando mejor pueda.
– Ese es un error que realizan algunos pacientes Rocío. Además de otros múltiples problemas que hacen que las agendas médicas estén saturadas. El hecho de seleccionar citas médicas y luego no presentarse a algunas de ellas es un problema. A diario me encuentro que hay pacientes que han solicitado una cita y que por la razón que sea, no se presentan. Y por otra parte, hay pacientes que te tocan a la puerta sin cita, por precisar de ser atendidos con cierta urgencia, pero referir que no han podido escoger cita por estar la agenda al completo. Muchas veces se debe a alguna causa justificada. Pero otras veces, se ocupa una cita y no se acude, simplemente porque no representa ningún perjuicio personal el no presentarse.

Pero piensa lo siguiente… ¿A que a nadie se le ocurriría pagar distintas entradas del cine para ver una película, en diferentes horarios, para asegurarse diferentes horas a las que acudir? Ni tan siquiera reservar una sola entrada y faltar a la película… ¿Por qué con algo tan importante como en la medicina, sí sucede? Si sumamos esa circunstancia en el día a día, lo cierto es que el mayor perjudicado es el paciente.
Si cada cita solicitada se aprovechase, las necesidades de cada persona se resolverían antes.
Ello permitiría que la agenda médica no estuviera tantos días saturada. Y pacientes que precisasen de una atención más urgente, podrían encontrar citas en poco tiempo. Este hecho depende de la conciencia global de la población. Al igual que el hecho de reciclar la basura, supone el esfuerzo de todos, para ver resultados tangibles a nivel medioambiental.
– Por cierto, doctor… Disculpa que te lo diga, pero lo que no tolero es que mi cita fuera a las 10:30 de la mañana y me estés atendiendo a las 11:00. Eso denota poca seriedad.
– Estoy de acuerdo en que esto debería mejorar. Particularmente como médico no me gusta atender con retraso a los pacientes. Motivo por el cual comienzo la consulta puntual, voy al baño estrictamente cuando es necesario, y rara vez me tomo un café en el descanso. Ya que el tiempo del que dispongo para mi descanso, lo ocupo en atender más tiempo a los pacientes. Aunque a veces noto que sí debería despejar la mente unos 5-10 minutos en algunos momentos. Ya que mi nivel de atención disminuye con el paso de las horas, por no darme ese descanso que sí considero necesario.
– Es que me parecería una falta de respecto, tener pacientes sentados en la sala de espera. Y ver salir de la consulta al médico, para charlar, o entretenerse un rato… Que los demás también tenemos cosas que hacer…
– Siento decirte Rocío… Que no conozco hasta la fecha a ningún sólo profesional sanitario que prime su tiempo de ocio en horario laboral. Y quien lo haga y haya pruebas fehacientes que lo demuestren, habrá que recriminarle su actitud. Distinto es que ese profesional, dentro de sus labores diarias, tenga diversas tareas que cumplir. Ten en cuenta que cada mañana de trabajo, a parte de los pacientes que hay en la sala de espera. Pueden surgir emergencias puntuales. Llamadas de teléfono de avisos domiciliarios. Consultas con la enfermera del cupo, sobre cuestiones del trabajo de la mañana. Reuniones con la dirección médica y sesiones clínicas. Incluso un pequeño descanso para ir al baño, coger energía, despejar la mente y atender a los pacientes con responsabilidad.
– Pero cuando voy a la peluquería. Me atienden más o menos a mi hora. ¿Tanto cuesta cumplir el horario?
– En otros negocios o disciplinas no sé como funcionarán. Pero sin que sirva de excusa. Hay algunas variables, en el ámbito de la salud, que no se pueden controlar del todo. Porque pensemos una cosa. Si cada día atiendo a 40 citas de 6 minutos cada una. Algunos pacientes faltan, pero algunas veces atiendo a pacientes sin cita por diversas circunstancias y de manera excepcional y justificada. De esas 40 citas, algunas de ellas tan sólo requieren una gestión puramente administrativa. Sin embargo, el grueso de las citas precisan de atender un problema sobre el que hay que tomar decisiones importantes.

Por otro lado, el médico no sólo atiende problemas concretos sino que va muy por delante del paciente. Y trata de contemplar otros problemas y actitudes preventivas que van a favor de este. Y que el médico contempla porque entiende que su trabajo ha de ser integral y global.
Además, algunos pacientes pierden la noción del tiempo y dado que se tratan problemas de salud personales. Hay cierta tendencia natural a no salir de la consulta hasta que no se tiene todo muy claro. Créeme que realmente resulta muy difícil adaptarse al tiempo. Es más, considero un sistema imperfecto usar 6 minutos con cada paciente, de manera lineal y cuadriculado. Porque eso sería asumir que todos los problemas se pueden resolver en el mismo tiempo. Y eso está muy lejos de la realidad. ¿O consideras que es lo mismo atender a un paciente con un catarro, que a otro con un cáncer de reciente diagnóstico? Cada día la agenda es una caja de sorpresas. Y cada día puede ser impredecible…
– Pues sinceramente, cuando veo que se tarda tanto en lograr una cita para el médico. Dan ganas de acudir a urgencias… Ya que al menos te aseguras de que te atiendan antes…
– Ya que has dicho eso. Te lanzo una pregunta… ¿Consideras que ser atendida antes es siempre mejor?
– Hombre, por supuesto que sí… ¿Acaso estoy equivocada?
– No pienso que estés equivocada… Pero no es del todo correcto ese razonamiento, me explico. Debes saber que la atención en urgencias debe solicitarse para aquello que es estrictamente urgente. Para el restos de casos, está tu médico. Ten en cuenta que el objetivo de la atención en urgencias, es la de resolver problemas de salud puntuales y agudos. Se encarga de aquellas patologías que pueden comprometer la vida de manera importante así como de signos y síntomas sugestivos de gravedad. Para el resto de casos… Es decir, para signos o síntomas anómalos, pero que no representan un riesgo vital. Es tu médico quien debe hacerse cargo. No por nada… Sino porque muchos de los problemas que refieren los pacientes no llegan a ser patologías reales en sí. Sino desajustes del organismo que se autolimitan en el tiempo. Mientras que otros casos que sí son patologías, más bien requerirían un seguimiento en el tiempo. Y no la resolución puntual y parcial del problema. Por tanto, cada área, urgencias y atención primaria, tienen su propia función. No lo olvides 😉
– Por cierto doctor… Dentro de dos días me toca recoger el parte de confirmación de la baja laboral que tengo por depresión. ¿Por qué no me la entregas ya y así me ahorro de venir dentro de dos días?
– Rocío, eso no me es posible por varias razones. La primera de todas es porque no se puede emitir ningún parte de confirmación de baja con fecha posterior a la presente. Eso es como ir al banco a realizar un pago, y pedir al banquero que nos selle el documento con fecha posterior a la presente. A nadie se le ocurriría…
Por otra parte, tenía pensado hablar contigo de ese tema. Estoy preocupado por tu situación.
– ¿A qué te refieres doctor?
– A que llevas de baja por un cuadro ansioso-depresivo desde hace 3 meses. Y no veo que estés tomando la medicación que te prescribí. Por otro lado, solo te veo por consulta cuando te toca recoger el parte de baja. Y cada vez que te pregunto, me dices que aún necesitas más tiempo para recuperarte…
– Es que usted no me entiende doctor. Yo tengo muchos problemas y no me encuentro bien. Necesito la baja por más tiempo…
– Rocío, nadie está hablando de anular la baja o no. Para mí ese no es el eje central del problema. Si esa es tu preocupación, no temas de que si necesitas la baja por más tiempo. La vas a tener… Pero dicho esto… No veo que estés receptiva para revertir esta situación. A eso voy… Quiero que te mejores de tu estado de ánimo y que hagas vida normal como hasta hace un tiempo atrás. Para ello, te pregunto cada vez que te veo que como te encuentras y tus respuestas son que tienes muchos problemas, pero no me contestas directamente a la pregunta. Te prescribo una medicación que te podría ayudar para mejorar, pero no la tomas. Te concedo la baja laboral para facilitar tu mejora, pero pasa el tiempo y no hay cambios. ¿Qué opinas de todo esto?
– Doctor, la medicación no me la tomo porque no quiero tomar pastillas para los nervios. Dicen que crean dependencia… En cuanto a mis problemas personales, mi marido está en el paro y tenemos 4 hijos. Tenemos muchos problemas económicos y mi madre tiene una enfermedad. No me encuentro bien…
– ¿Y acaso piensas que si no haces nada diferente mejorarás?
– No sé, a ver si pasa el tiempo y me pongo bien…
– Siento decirte Rocío, que de la mayoría de cosas que me has mencionado, pocas van a cambiar de aquí a un tiempo. Pero si hay alguna posibilidad de que algo cambie, es tratando tú de mejorar. Y para mejorar, has de tomar una actitud proactiva. Si esto te es posible sin medicación, adelante. Pero si no es así, te recomiendo tomarla. Ello te facilitará ver las cosas con mayor claridad. Para que cuando ya tomes las riendas de tu vida, puedas dejarla de lado.
Un bache lo tiene cualquiera. Ese no es el mayor problema. Lo verdaderamente preocupante es que el bache lo conviertas en un abismo. Dejando pasar el tiempo y acudiendo a tu médico solo para recoger partes de baja que no solucionan el problema de raíz. Recuerda que la baja laboral es una prescripción terapéutica como otra cualquiera. Su función se basa en ayudarte a una recuperación en tu salud. Pero en el momento en el que deje de cumplir esa función. Y más bien alimente una enfermedad mayor. Dejaría de estar indicada…
– Entiendo doctor, en tal caso me comprometo en venir dentro de varios días a recoger el parte y a tratar de cambiar mi situación. Así como tratar de pensar en todo lo que hemos hablado…
– Esa actitud me gusta más. Tan solo espero que todo lo que hemos hablado te haya resultado útil. Que no dudes ni por un momento de que tu médico realmente te quiere ayudar de verdad. Pero para eso, es muy importante que siempre seas sincera y honesta. Y que si no estás de acuerdo con algo, antes que prejuzgar, preguntes directamente a la persona. No solo para una mejor relación médico-paciente. Sino para cualquier relación con los demás en general 😉
Conclusiones finales y consejos a seguir
Probablemente gocemos hoy día en España de uno de los mejores sistemas sanitarios que podamos imaginar. Sin embargo, hay muchas cosas que deban cambiar si queremos conservarlo por mucho tiempo. Mientras esos cambios se produzcan y aumenten los recursos destinados a tal fin. Al menos tengamos en cuenta esta serie de consejos a seguir, que dependerán exclusivamente de ti:
- No acudas al médico pidiendo las pruebas, derivaciones o tratamiento a realizar. ¡Cuéntale a tu médico que te pasa! Las pruebas médicas no dejan de ser un paso intermedio para alcanzar el objetivo final: solucionar tu problema de salud. Pues contando que te pasa, facilitaremos de la mejor manera agilizar este proceso.
- Cada paciente tiene derecho a su propia privacidad así como el deber a estar presente en la consulta, para poder valorar sus problemas de salud. No es ético tomar decisiones sobre la salud de un paciente, sin que este esté presente. Incluso aunque sea con su propia aprobación.
- Es un error pensar que cuantas más pruebas y valoraciones nos haga un médico, mas seguridad tendremos en cuanto a nuestro buen estado de salud. Al igual que es erróneo no acudir nunca al médico, por temor. Tampoco es bueno solicitar todo tipo de atenciones médicas por miedo a la enfermedad. No olvidemos que cuando no está justificado un estudio determinado, el riesgo a diagnosticar erróneamente patologías que no se padecen, es alto.
- Los antibióticos se usan en un porcentaje de casos muy limitado. La mayoría de las infecciones respiratorias comunes son de origen vírico y los antibióticos no harían nada frente a ellas. Confía en el criterio de tu médico.
- Tu médico de familia es un especialista más. Su línea de actuación alcanza la mayoría de las especialidades médicas. Puede ayudarte a solucionar una cantidad ingente de problemas, sin precisar de la atención de otro especialista concreto.
- Cuando acudas a una consulta médica privada, tienes los mismos derechos que en la sanidad pública. Por tanto, solicita tu informe médico. Sobre todo si precisas de la ayuda posteriormente de tu médico de confianza. Tu salud no es un juego, y para ayudarte se necesita que todos usemos el mismo lenguaje.
- La demora de las citas es un problema que probablemente mejore invirtiendo más recursos en la contratación de más profesionales y mejora de las condiciones. Sin embargo, esto no lo es todo. Necesitamos de una mayor conciencia para gestionar los recursos. A tal efecto:
- Si tienes más de un problema, pide citas en diferentes días y úsalas. No pretendas resolver todos los problemas en 5-6 minutos.
- Si cumples lo anterior, podrás ceñirte con mayor facilidad al tiempo que tienes asignado.
- Sé compresivo sin prejuzgar de antemano. Quizás la persona que menos culpa tenga de la demora sea tu propio médico.
- No demandes tratamientos, demanda ayuda a tus problemas. No menosprecies los consejos naturales, evita la medicalización de tu salud si no está justificada. Confía en tu profesional y aclara tus dudas si las tienes.
- Si no vas a acudir a consulta anula con tiempo tu cita. Ello permitirá que otra persona pueda utilizarla para su beneficio. Ese gesto de responsabilidad y generosidad se volverá en tu favor si todos lo cumplimos.
- Usa los servicios de urgencias únicamente para el cometido para el que están destinados. Usa la consulta de tu médico de confianza para cualquier otro problema de salud que necesites.
- La baja por incapacidad laboral temporal es una prescripción médica más. Con finalidad puramente terapéutica. Y como tal, tiene sus indicaciones y sus obligaciones legales, en caso de llevarse a cabo.
- Usa los recursos que tenemos a nuestra disposición de manera más consciente y responsable. Fomentando una cultura y conocimiento sanitario en la familia y en la población. Que nos ayude a distinguir con mayor claridad, nuestros derechos y nuestras obligaciones como paciente. Así como una mayor autonomía y confianza en todo lo que concierne a nuestra salud 😉
Espero que este post te haya sido de utilidad. Y que con el paso del tiempo, seamos cada vez más capaces de ¡darle jaque a nuestra salud!
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Así podrás disfrutar y aprender con un itinerario marcado para darle jaque a tu salud a través de los tutoriales del blog 😉. Además recibirás de manera periódica en tu email, información de utilidad sobre MEDICINA y HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES, dirigidos a TI y tu FAMILIA.
Este post describe una multitud de circunstancias , que se dan en la consulta de atención primaria y que mediante los diálogos saludables se analizan de forma amable , serena y reflexiva , de la que a veces se carece en la consulta por razones obvias ; con objeto de aportar luz a algunos hábitos fundamentalmente por parte del paciente , que están incorporados al acerbo de creencias del usuario en forma de convicciones , como consecuencia de conversaciones con otros usuarios o relatos poco fidedignos de supuestos casos de trato poco profesional por parte de algún profesional sanitario . La desconfianza en nuestro médico es totalmente desaconsejable , nos va a llevar a no seguir fielmente las indicaciones que se nos han indicado y probablemente no seamos lo suficientemente constantes para esperar la mejora , o en su caso la remisión de los síntomas . Por otra parte , me ha gustado especialmente las conclusiones finales y consejos a seguir ; considero que se trata de un decálogo que debería estar en las salas de espera de los centros de salud , o incluso en folletos con finalidad pedagógica para el usuario . Por último haría una reflexión , y es que u optimizamos los recursos de la sanidad pública , o bien puede llegar un momento en que sea insostenible , desde el punto de vista de su financiación por parte de los presupuestos generales del estado .