Carlos es una persona de unos 47 años a quien se le diagnosticó de hernia de hiato hace 5 meses. Todo comenzó a raíz de diversos episodios de ardores de estómago y regurgitación. Si bien al comienzo le ocurría de manera más esporádica, llegó un momento en el que sus molestias se hicieron mucho más frecuentes. Hasta el punto de perder peso por tener molestias durante sus digestiones. En el día de hoy acude a la consulta para hablar con un servidor de diversas dudas y preocupaciones que le acontecen. Si te sientes identificado con Carlos o hay en la familia alguien con este tipo de problemas. Este diálogo saludable, ¡te será de utilidad!
– DOCTOR KUAIK: Bueno Carlos, como íbamos diciendo, la hernia de hiato que padeces no es excesivamente grande. Pero explicaría los síntomas digestivos que refieres. Te veo pensativo y no sé si hay algo que no te llega a encajar del todo. Pregúntame lo que necesites.
– CARLOS: Pues doctor, uno de los motivos que me tiene desconcertado es que no llego a entender realmente qué significa tener una hernia de hiato.
– La hernia de hiato se trata de un hallazgo anatómico que consiste en la protusión o invasión de parte de algún órgano, generalmente estómago, hacia la cavidad torácica, a través del diafragma. Se trata de una observación anatómica, que no siempre tiene porqué dar síntomas. Por lo que en muchas ocasiones se trata de un hallazgo casual. En tu caso particular llegamos a su diagnóstico, ya que a través de las consultas con los médicos digestivos, se descubrió la razón de los síntomas que referiste tiempo atrás.

– Las palabras hernia de hiato no son muy intuitivas. ¿Los médicos siempre usáis ese lenguaje tan abstracto? ¿Qué quieren decir exactamente?
– (Risas) En realidad, Carlos llevas parte de razón. La explicación anatómica ya la sabes. Respecto a su nombre, vamos a descomponer las palabras para entenderlo. Hernia significa protusión o salida de parte un órgano de la estructura anatómica a la cual pertenece. En este caso es parte del estómago generalmente, la parte del órgano que protuye o sale de la cavidad abdominal (su localización anatómica) hacia la cavidad torácica (localización anómala). Por otra parte el hiato diafragmático es la barrera perteneciente al diafragma (estructura que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal). Dicho hiato diafragmático separa al esófago, localizado en la cavidad torácica, del estómago, localizado en la cavidad abdominal.
Por tanto, hernia de hiato es justo lo que dicen sus palabras. Una herniación de parte del estómago u otro órgano a través del hiato diafragmático.
– Dicho de esa manera, tiene más sentido. Y doctor, ¿tener una hernia de hiato es algo frecuente?
– Si bien las estadísticas son un tanto dispares. Se suele dar generalmente en personas entre 40 y 60 años, y su prevalencia se podría estimar en 5 personas de cada 1000 habitantes en España (kuaik-link). Tan solo son datos orientativos, nada más…
– ¿Y qué me ha podido causar la aparición de la hernia de hiato?
– Generalmente se atribuye a una pérdida de elasticidad de los tejidos y debilidad muscular a nivel diafragmático, que facilita la penetración, generalmente, de una parte del estómago a nivel de la cavidad torácica. La mayor parte de las hernias de hiato aparecen con el tiempo de manera adquirida. Mientras que un pequeño porcentaje se debe a causas congénitas, desde el nacimiento.
Hay diversos factores de riesgo que podrían influir en su aparición. Entre ellos tendríamos: la obesidad, el tabaquismo, el embarazo y todo aquello que pueda favorecer un aumento de la presión abdominal. Tales como, la presencia de vómitos, tos o estreñimiento de manera persistente en el tiempo.
– Y doctor, ¿todas las hernias de hiato son iguales?
Generalmente la mayoría son hernias por deslizamiento, también llamadas tipo I. Aproximadamente se dan en un 95% de los casos. En estas se produce un desplazamiento hacia el tórax, de parte del estómago. Normalmente a nivel de la unión gastroesofágica y fundus gástrico. Ambas partes del estómago son las más elevadas y que más riesgo tienen de «colarse» por la cavidad torácica.
Por otra parte hay otro tipo de hernias, conocidas como paraesofágicas. Las hay de varios tipos: II, III y IV. En este caso a diferencia de las anteriores, es parte del fundus gástrico el que protuye hacia el tórax, permaneciendo la unión gastroesofágica en la cavidad abdominal. Estas son mucho menos frecuentes, dándose aproximadamente en un 5% de los casos.
– No tenía ni idea, la verdad… Si no recuerdas mal, cuando comencé a consultarte por mis problemas digestivos. Mi principal molestia era la sensación de ardores y regurgitación a nivel del estómago. ¿Son comunes estos síntomas en la hernia de hiato?
– Efectivamente, la mayoría de los casos sintomáticos guardan relación con la clínica típica de un reflujo gastroesofágico. Sobre todo si nos referimos a la hernia de hiato deslizante o tipo I. Que como ya sabes es la más frecuente. Entre dichos síntomas tenemos la sensación de ardor o quemazón a nivel estomacal conocida como pirosis. Además también de la sensación de regurgitación del contenido gástrico a través del esófago y faringe, sin llegar a ser vómitos en sí.

No obstante, hay personas con reflujo gastroesofágico que no llegan a tener esta clínica tan manifiesta. Si no que más bien presentan otros síntomas tales como dificultad para tragar, dolor de pecho, sensación de pesadez, sensación de globo, hipersalivación y con poca frecuencia, náuseas o vómitos. Incluso hay personas que cursan con tos de más de 2 meses. Cuya explicación en algunos casos se debe a la irritación que le produce el exceso de acidez reflujo gastroesofágico.
De todos los descrito, podríamos considerar como signos o síntomas de alarma a la presencia de vómitos persistentes, sangrados gastrointestinales, una pérdida de peso notoria, palpación de algún «bulto» en la zona del estómago, anemia en las analíticas, dificultad al tragar o malas digestiones de manera persistente. En esos casos, habría que valorar al paciente para descartar que no esté empeorando por otras razones, ajenas a la propia hernia de hiato.
– Y doctor… ¿Qué clase de medidas debería adoptar para minimizar los síntomas?
– Como ya vimos, la barrera gastroesofágica está alterada y el contenido gástrico tiene mayor facilidad para ascender. Para minimizar este problema, de todas las medidas recomendadas, cabría destacar por su evidencia científica probada, tanto la pérdida de peso como la elevación de la cabecera de la cama (kuaik-link). La pérdida de peso va orientada sobre todo a aquellas personas que tienen sobrepeso o lo han ganado recientemente. Respecto a la elevación de la cabecera de la cama, serían suficientes unos 10-15 cm respecto al nivel del suelo.
Otras recomendaciones serían evitar dormir boca arriba o boca abajo, tratando de adoptar una postura lateral izquierda. Anatómicamente esto dificultaría el reflujo, dado que el esófago se comunica con el estómago desde una posición más derecha que la de este. Así mismo, sería conveniente cenar unas 2-3 horas antes de acostarse.
– Una duda que siempre he tenido es qué alimentos debo tomar y cuáles no. Normalmente identifico que los fritos y las grasas me sientan mal. Así como cuando tomo salsa de tomate. ¿Podrías darme una serie de recomendaciones un tanto más detallada?
– Habría que decir que la modificación de la dieta no sería una recomendación que hubiera que difundir de forma general a todos los pacientes. Esto es muy variable y depende de cada persona. Si a caso podríamos dar unos consejos en relación a la eliminación selectiva de los alimentos que con mayor frecuencia desencadenan los síntomas. De manera que cada cual lo adapte a sus propias circunstancias.
Algunos de los más conocidos serían: la cafeína, el chocolate, los alimentos picantes, los alimentos con alto contenido en grasa, las bebidas carbonatadas y la menta. Aquellos pacientes que notasen mejoría de los síntomas tras la eliminación de estos alimentos, podrían beneficiarse de estos consejos.

Por otra parte, el cese de tabaco y alcohol también sería conveniente, en caso de estar presentes. Ambos tóxicos producen una relajación del esfínter esofágico facilitando el reflujo. Por lo cual, ya tendríamos una causa más para abandonar dichos hábitos. ¡Si es que, a parte del alcohol, las consecuencias del tabaquismo son muchas!
Hay otras recomendaciones no tan demostradas, pero que podrían ayudar a algunas personas. Entre ellas tenemos el evitar ropa excesivamente ajustada que produzca aumento de la presión intragástrica. Fomentar la salivación mediante chicles sin azúcar, con objeto de neutralizar parcialmente la acidez le propio reflujo. Realización de ejercicios de respiración abdominal, con idea de fortalecer la musculatura del esfínter esofágico inferior. Ahí lo dejo caer, por si quieres probar 😉
– La verdad que en mi caso particular, hay rachas en las que los síntomas están muy presentes y me hacen pasarlo mal. En cambio en otros momentos, los síntomas está prácticamente desaparecidos. Para los días en los que estoy mucho peor, he leído que se suele recomendar una dieta blanda. ¿Qué opinas al respecto?
– Efectivamente, la dieta blanda o dieta de protección gástrica, es un tipo de dieta que suele estar recomendada en diversas situaciones. Siendo una de ellas los ardores y regurgitación gástrica. Si quieres saber más al respecto, te recomiendo que leas este artículo sobre la dieta blanda o de protección gástrica 😉

– Estupendo, ¡tomaré nota! Respecto a los síntomas actuales, si además de hacer todo lo que me has recomendado, no mejoro, ¿qué tratamiento debería tomar?
– Como ya estás observando, el tratamiento médico solo tendría sentido en el contexto de una hernia de hiato sintomática. En concreto, los síntomas serían los propios del reflujo gastroesofágico. En tu caso es así, por lo que estaría indicado llevarlo a cabo.
Dado que la hernia de hiato es un defecto anatómico que facilita la posibilidad de reflujo gastroesofágico. Se trata de un problema mecánico puro y duro. Por tanto, la única forma de resolver el problema de raíz sería mediante su corrección física. Esto es mediante una intervención quirúrgica. Lo que ocurre es que lamentablemente una intervención quirúrgica tiene también sus riesgos y no siempre se logra el efecto deseado. Por eso tan sólo trataríamos de dar ese paso ante los casos en los que los síntomas o el tipo de hernia de hiato tienen riesgos serios sobre la persona.
En el resto de casos, el tratamiento consistirá en paliar o minimizar por otras vías, los efectos producidos por esa anomalía anatómica. Para tal fin, la regurgitación podría minimizarse mediante las medidas antirreflujo anteriormente descritas. Por otra parte, la acidez del reflujo podría aminorarse mediante fármacos que redujesen el efecto dañino de la acidez en contacto con la mucosa esofágica.
– Y dentro del tratamiento médico, ¿qué fármacos podría tomar?
– Tendríamos a disposición tanto fármacos antiácidos, como agentes de superficie o alginatos, así como antagonistas de los receptores H2. Dentro de los antiácidos tenemos, el hidróxido de aluminio, el carbonato cálcico, el trisilicato de magnesio. En cuanto a los antisecretores tenemos los antagonistas receptores de la histamina-2 (anti-H2) y los inhibidores de la bomba de protones (IBPs).
Para síntomas leves o moderados podrían usarse antiácidos y fármacos anti-H2. Sobre todo para aliviar la acidez que aparece tras la ingesta de comida y propias del reflujo gastroesofágico. Respecto a los fármacos procinéticos, hay poca evidencia al respecto, como para recomendarlos sin una razón justificada.
– Mmmm… Entiendo… En mi caso particular ¿qué me recomiendas doctor? Como sabes estoy cada vez más afectado. Muchas veces no llego a comer bien por miedo a encontrarme mal después. Me está afectando hasta al ánimo…
– Pues ello depende de la frecuencia e intensidad de tus síntomas. En caso de síntomas leves-moderados, podríamos intentar con los siguientes.
Antiácidos
Los fármacos antiácidos, como su nombre indica, tratan de reducir la acidez del contenido gástrico. Para que si este asciende por la mucosa esofágica, no dé lugar a la sensación de ardor o quemazón. Entre ellos tenemos el trisilicato de magnesio, el hidróxido de aluminio (algeldrato) o el carbonato cálcico. Encontrándose dichos fármacos en combinados tales como, Secrepat®, Gelodox®, Acyline®. Su efecto suele aparecer a los 5 minutos de su ingesta, con una duración de los efectos entre 30 a 60 minutos. Estarían recomendados en caso de síntomas leves de reflujo gastroesofágico, con una frecuencia menor a una vez por semana.
Agentes de superficie
Los agentes de superficie tienen como función generar una especie de capa protectora sobre la superficie de la mucosa gástrica. Lo cual hace que la acidez no produzca el daño propio de esta. Sin embargo la eficacia de esta medicación no es la deseable. Los alginatos en cambio, tienen la particularidad de formar una especie de «goma viscosa» dentro del contenido gástrico. Que tras las comidas, llega a ejercer de tapón protector sobre la mucosa. El preparado que contiene alginato, junto con carbonato cálcico y bicarbonato sódico, es Gaviscon®.
Antagonistas de los receptores H2
Los antagonistas de los receptores H2, (anti-H2), son otro tipo de medicamento eficaz. Su fundamento es que a nivel gástrico hay un tipo de células que tiene receptores de histamina 2 que al ser estimulados, favorecen la secreción de ácido clorhídrico. Mediante este fármaco, dichos receptores son bloqueados, para prevenir su estimulación. Alcanzan su nivel de acción a las 2 horas y media, con una duración de entre 4 a 10 horas (kuaik-link). Son más efectivos que los antiácidos en el control de los ardores y frecuencia de estos. Sin embargo, estos comienzan a disminuir sus síntomas tras su toma continuada de 2 a 6 semanas.
Pero antes de seguir… En tu caso particular Carlos, ¿cuántas veces por semana te aparecen los síntomas que refieres?
– Pues doctor, últimamente me suceden unas 4 veces por semana. Cada vez que me pongo así, le temo bastante. Por eso estoy más preocupado que antes y no sé bien que tomar.
– En ese caso un tercer paso sería la toma de inhibidores de la bomba de protones (IBPs). Suelen estar indicados, cuando los síntomas aparecen a razón de 2 veces o más por semana, o bien afectan a la calidad de vida de manera notoria. También estarían indicado en aquellas personas que padeciesen de esofagitis erosiva.
Estos fármacos no son más que el famoso omeprazol y fármacos de la misma familia. Su función es la de neutralizar una «bomba transportadora» presente en las células del estómago, que transporta iones de hidrógeno y potasio. Dando lugar a una regulación de la acidez estomacal. Si dicha bomba es inhibida, la acidez gástrica disminuye. Estos fármacos son más efectivos tras largos períodos de ayuno, donde el número de bombas transportadoras está aumentado. Por eso se recomienda tomarlos unos 30 minutos antes del desayuno.
He aquí las dosis y tipos de medicamentos comprendidos en el grupo de los anti-H2 y los IBPs:

– ¿Y cuánto tiempo debería tomar el tratamiento?
– Las dosis estándar de los IBPs suelen mejorar los síntomas o curar la esofagitis erosiva tras 2 meses desde su toma. En el caso de una enfermedad conocida como esófago de Barrett (kuaik-link), sí que habría que mantenerlos durante largo tiempo.
No obstante, la duración del tratamiento podría ser de mayor cuantía. En cualquier caso, de cara a retirar la medicación, si los síntomas han mejorado en un plazo de menos de 6 meses, el tratamiento se podría retirar de un día para otro. Pero en caso de mejoría tras más de 6 meses, habría que disminuir la dosis de la medicación y añadir antiH2 para la aparición de síntomas leves o intermitentes.
Si se toman IBPs a dosis estándar (una vez al día) y no hay mejoría de los síntomas, estaríamos ante síntomas resfractarios de reflujo gastroesofágico.
– Y si eso me pasara a mi… ¿Podría tomar un tratamiento con IBPs de mayor dosis?
– Así es Carlos. En caso de que se haya probado con un tratamiento de dosis estándar de IBPs durante 2 meses sin remisión de los síntomas. Se podría o bien cambiar de IBP o bien doblar la dosis estándar del mismo tomando el mismo medicamento 2 veces al día. Ambos cambios habría que probarlos durante 2 meses más.
Si a los 2 meses no hubieran remitido los síntomas. Tendríamos que reconsiderar que no haya ninguna otra lesión que explique esta persistencia. En tal caso habría que valorar realizar una endoscopia digestiva alta, si no se ha realizado en el último año. En tal caso se podría valorar, si el médico digestivo lo estimara oportuno, realizar una biopsia del esófago para valorar si hay algún otro tipo de daño. Así mismo se podrían valorar otras pruebas como la realización de una pH-metría si esta estuviera accesible.
Pero todo esto es meramente informativo, puesto que serían tanto tu médico como el digestivo de tu área quienes darían los pasos a seguir adaptado a tu caso particular 😉
– Si no recuerdas mal, ya me hicieron la endoscopia digestiva alta y no se vio más que una hernia de hiato. Así que estando todo normal y con persistencia de síntomas. ¿Qué más podría hacer?
– En este caso, si persistieran los síntomas de ardores habría que probar a añadir al tratamiento ya tomado, un fármaco anti-H2 antes de dormir. Si la clínica se puede tolerar, podríamos usarlo de manera intermitente o a demanda. Si lo que predominase fuese la regurgitación sin sensación de acidez o ardor, se podría probar con otro fármaco, llamado baclofeno.
En caso de que se haya podido realizar un estudio de impedancia esofágica y estudio de medición del pH, habiendo constatado que se trata de una hipersensibilidad esofágica o acidez gástrica funcional. Se podrían probar con fármacos moduladores del dolor visceral como antidepresivos tricíclicos, fármacos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), etc… Si hubiera persistencia de los síntomas y además hay retraso en el vaciado gástrico, habría que valorar la toma de procinéticos.
Como ves, hay una amplia gama de posibilidades médicas. Pero te vuelvo a repetir, esto es tan solo meramente informativo. Cada día que pasa, se descubren y se cambian los algoritmos terapéuticos, los protocolos a seguir, el tipo de fármacos a emplear. Por lo que lo mejor es consultar sobre nuestros síntomas y dejarnos asesorar por los expertos que nos atiendan.
– Ya que hemos hablado tanto de fármacos. He visto por internet y por la televisión que la toma del omeprazol y similares, son malos a largo plazo. Si no me equivoco, dicen que hacen daño a los huesos. ¿Es así y merecería la pena correr ese riesgo?
– Efectivamente, los IBPs tienes efectos adversos demostrados a largo plazo. Sin embargo, esto no es ningún descubrimiento. La mayoría de los fármacos no son inocuos y mantenidos en el tiempo puede dar efectos secundarios. La cuestión es… ¿son asumibles dichos efectos secundarios? En ese caso siempre hay que establecer un balance beneficio/riesgo. Si los síntomas son moderados-graves y el padecerlos supone un mayor perjuicio que los efectos secundarios a largo plazo, habría que tomarlos. Si es lo contrario, entonces no habría que prescribirlos.
Dentro de los efectos secundarios a largo plazo de la toma de estos medicamentos tenemos: déficit de vitamina B12, alteraciones neurológicas, déficit de magnesio, aparición de fracturas óseas, infecciones intestinales y neumonías, complicaciones en pacientes con cirrosis hepática.

Posición de la Sociedad Española de Patologías Digestivas (SEPD)
Creo que sería interesante conocer la posición de la Sociedad Española de Patologías Digestivas (SEPD) publicada en el año 2016, referente a los efectos secundarios más conocidos:
Los IBP son fármacos seguros y los beneficios de su empleo, tanto a corto como a largo plazo superan los posibles efectos secundarios, siempre que la indicación, dosis y duración sean las adecuadas (SEPD)
Entre las conclusiones que dicha sociedad refiere en su revisión publicada en el 2016 (kuaik-link), tenemos que:
– Y ya puestos doctor. ¿Qué habría que hacer cuando el tratamiento médico no es efectivo en ninguno de los casos? ¿Podría operarme?
– En el caso de una hernia tipo I o deslizante, en ausencia de síntomas de reflujo, no habría indicación de intervención quirúrgica (kuaik-link). Sin embargo, en el caso de hernias tipo I con síntomas de reflujo gastroesofágico grave que no han logrado controlarse con los diferentes tratamientos médicos optimizados, así como con las medidas higiénico-dietéticas. Sí que podrían ser candidatos a una interveción quirúrgica. Por otro lado, hernias de hiato de otros tipos o patologías esofágica como una esofagitis severa, estenosis esofágica, esófago de Barrett, también serían posibles candidatas a la intervención.
El tratamiento quirúrgico de la hernia de hiato consiste en la reparación anatómica del defecto producido. Para ello está la posibilidad de una cirugía abierta mediante la conocida funduplicatura total o de Nissen.

Sus resultados suelen ser bastante buenos. Por otra parte estaría la posibilidad de realizar una funduplicatura total mediante cirugía laparoscópica. En ambos casos se trata de una intervención con un riesgo de mortalidad y morbilidad muy bajos. En cualquier caso hablaríamos del caso más extremo y por supuesto bajo a supervisión e indicación de un cirujano general experto.
– Por cierto Doctor, mi tío me comentó que también llevaba varios años padeciendo de unos síntomas similares a los míos. Sin embargo, cuando se le realizó su estudio, no se detectó que tuviera hernia de hiato. ¿Esto es posible? ¿Entonces qué le causa dicha sintomatología?
– Claro que es posible Carlos.
El reflujo gastroesofágico es un tipo de sintomatología que puede darse en más contextos además del de una hernia de hiato.
Otras causas de este podrían ser la obesidad, situaciones de embarazo, el tabaquismo, la realización de ejercicio físico muy intenso, dormir de manera lateral hacia el lado derecho, la toma de ciertos alimentos o medicamentos predisponentes a ello…
– Y por último, mi cuñada está embarazada de 6 meses. Ella no había tenido nunca problemas digestivo de ningún tipo. Pero desde que comenzó el embarazo, empezó a sufrir nauseas con cierta frecuencia y sensación de reflujo. Algunas veces hemos hablado del tema, pero no se ha limitado a sufrir los síntomas por temor a que la medicación sea perjudicial para el feto. ¿Qué podría tomar?
– En el caso de tu cuñada, lo primero sería potenciar tanto las medidas posturales para minimizar el reflujo, como evitar aquellos alimentos que pudieran sentar mal. Si a pesar de ello no fuera suficiente, en su caso estaría indicado el uso de antiácidos ya mencionados así como el sucralfato (sulfato de aluminio y sacarosa). Aunque habría que decir que el sucralfato no está comercializado en España actualmente, sí en otros países. En tal caso podrían darse otros antiácidos, evitando los que contienen bicarbonato sódico ni trisilicato de magnesio. Si el sucralfato u otros antiácidos no fuera efectivo y los síntomas fuesen suficientemente incómodos, se podría valorar la toma de anti-H2 o IBPs. Pero siempre haciendo balance beneficio/riesgo. En ese caso sería de elección la ranitidina.
– Genial doctor, pues muchas gracias por la información prestada. Espero poder aplicarla. Así como acceder de nuevo a ti en caso de que el tratamiento no llegase a funcionar completamente.
– Perfecto Carlos, espero que así sea. Y si puedo ayudarte a mejorar aún más, no dudes que lo intentaré 😉
Conclusiones
Este extenso diálogo entre Carlos y el Doctor Kuaik nos ha dejado bastante información a tener en consideración a la hora de enfrentar la problemática de una hernia de hiato.
- Una hernia de hiato consiste en una herniación o protusión de parte del estómago, a través del hiato diafragmático. Esta alteración anatómica supone una de las causas principales de ardores y reflujo gastroesofágico.
- Entre los factores de riesgo a poder desarrollarla tenemos: la obesidad, el tabaquismo, el embarazo y todo aquello que aumente la presión intra-abdominal.
- La mayoría son hernias producidas por el deslizamiento de la estructura gástrica inicial (unión gastroesofágica y fundus) hacia la cavidad torácica. Conocidas como hernias tipo I.
- Entre las medidas higiénico-dietéticas a adoptar caben destacar tanto la pérdida del exceso de peso como la elevación de la cabecera de la cama unos 10-15 cm. Otras recomendaciones serían tratar de dormir en una postura lateral izquierda, así como evitar el exceso de ingesta de cafeína, chocolate, picantes, grasas, bebidas carbonatadas y la menta. Además de no fumar ni beber alcohol.
- La dieta de protección gástrica o dieta blanda, suele ser muy recomendable en el caso de síntomas agudos como el ardor gástrico y la regurgitación.
- Respecto al tratamiento médico existen diversos escalones terapéuticos: 1º) antiácidos y agentes de superficie, 2º) antisecretores como los antagonistas receptores de la histamina-2, 3º) inhibidores de la bomba de protones (IBPs).
- Dentro de los fármacos antisecretores más conocidos tenemos la famotidina y la ranitidina. En cuanto a los IBPs más usados, destacan el omeprazol, lansoprazol, esomeprazol, pantoprazol y rabeprazol.
- Ante los síntomas propios de la hernia de hiato, se recomiendan tandas de 2 meses de tratamiento, valorando reducir o potenciar dicho tratamiento en función de los resultados. Sabiendo que los efectos secundarios a largo plazo del uso de los IBPs son asumibles, si la relación beneficio/riesgo es satisfactoria.
- En algunos casos, donde la clínica de la hernia de hiato persiste de manera muy notoria, podría estar indicado una intervención quirúrgica. De ser así, la técnica más conocida sería la funduplicatura de Nissen.
- Si padeces de hernia de hiato o conoces a alguien cercano que le suceda, ¡cuídate todo lo que puedas! Ya que muchas personas pueden convivir con ello durante toda su vida, si se optimizan unos buenos hábitos de vida saludable.
Y este artículo ha llegado a su fin. Espero que haya sido de tu agrado y en él logres aclarar muchas dudas frecuentes sobre este tipo de problemática, la hernia de hiato. ¡Nos vemos pronto!
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Patología mas frecuente de lo que pueda parecer , en muchos de los casos sin diagnosticar por no acudir al médico para manifestar los síntomas y que a veces achacamos a otras causas o simplemente a características propias . En este post se explican , tanto los síntomas , como los medicamentos adecuados para paliar la sintomatología , así como alimentos a limitar y , o hábitos a erradicar . En definitiva una guía completa a través de los diálagos saludables a los que nos tiene acostumbrados el Dr. Kuaik , en este caso con Carlos .
Las consultas por problemas digestivos son muy comunes en el día a día de la atención primaria. Pero para evitar la medicalización de cada problema. La persona debería antes saber si se alimenta correctamente o no. Como alguna vez hemos hablado: «Que la medicina sea tu alimento, y que tu alimento sea tu medicina»
Fenomenal como siempre y sobre todo muy practico . Un abrazo
Muchas gracias Jose Cristobal, un fuerte abrazo!